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viernes, 29 marzo, 2024

Pruebas de fidelidad

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“Al Señor le repugnan las pesas falsas, pero le agradan las pesas cabales” (Proverbios 11:1).
La fidelidad que profesamos a Dios es visible a través de los pequeños actos de la vida (Lucas 16:10). Mucha gente espera recibir un elevado cargo para mostrar a Dios su fidelidad. Pero no tiene que ser así. La manera como aceptamos y cumplimos con las tareas más sencillas evidencia nuestro compromiso con el cielo. Algo tan cotidiano como obedecer a tus padres, cumplir con los deberes en la escuela o cooperar en los quehaceres de tu casa revela que estás listo para recibir mayores responsabilidades.
El uso de lo que no nos pertenece representa otra de las grandes pruebas de fidelidad a Dios. Cuando alguien te presta su bicicleta, ¿acaso se la entregas en malas condiciones? He conocido a jóvenes que no tienen problema en destruir o descuidar aquello que no les pertenece. Eso revela un gran egoísmo, ya que no consideran el daño que causan a quienes confiaron en ellos. Si no eres capaz de cuidar algo que uno de tus semejantes te ha prestado, ¿cómo esperas que Dios te confíe algo mucho mayor?
El servicio cristiano bajo otro líder también es una prueba de fidelidad al Padre celestial. Hay jóvenes que no están dispuestos a servir al Señor si deben someterse a una autoridad. Alegan que prefieren ser independientes y seguir su propio camino, sin tener que darle cuentas a nadie de sus acciones. Pero eso revela soberbia, intolerancia y falta de cooperación. ¿Qué pasaría si llegaras al cielo y no estuvieras de acuerdo con algo? ¿Acaso formarías tu grupo independiente en las mansiones celestiales? Es mejor aprender a integrarse con aquellos que piensan diferente, respetar las ideas de los demás y convivir con todo tipo de personas. Eso es madurez cristiana.
El uso del dinero es una prueba de fidelidad al Señor que revela lo que llevamos dentro. Para un cristiano, el dinero es un medio para adorar a Dios, y no un fin en sí mismo. Tengas mucho o poco, úsalo para honrar al Padre celestial y no para despilfarrarlo de manera inútil.
Al final, todos seremos pesados en la balanza celestial (Daniel 5:27). Tu vida no necesita ser como una pesa falsa, marcada por el engaño y la infidelidad. En cambio, Dios puede convertirte en uno de sus genuinos siervos.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
¡RENUÉVATE!
Alejandro Medina Villarreal
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018

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