Kenneth Tello, un joven de 25 años de edad y
con una discapacidad física del 50 %, asumió el liderazgo de un grupo integrado
por 10 personas con similares condiciones y aspiraciones que coinciden durante
la atención semanal que brinda el Ministerio de Inclusión Económica y Social
(MIES) mediante un convenio con la Fundación Nurtac, para dar cobertura a
población del cantón Durán en la modalidad del hogar y la comunidad.
Desde una silla de ruedas, Kenneth no solo lidera,
sino que además complementa las fuerzas que necesitan los otros nueve compañeros,
con quienes decidió iniciar un emprendimiento en base a las diversas
habilidades obtenidas en el presente año. Este grupo de emprendedores elaboran almohadas
y almohadones, el propósito es lograr una mejor economía en cada uno de sus
hogares.
La idea de este emprendimiento tuvo origen
hace cuatro meses, a partir de la capacitación que vienen recibiendo como parte
de las terapias ocupacionales a las que acceden las personas con discapacidad
para confeccionar distintas manualidades.
Terapias que tienen como objetivo fortalecer las
habilidades de las personas con discapacidad, cuenta Martha Castro, promotora
encargada de brindar la atención institucional a este sector de la población. “Existen
personas que tiene una increíble destreza, nos enfocamos en potencializarlas
para que tengan ideas de emprendimientos”, señala.
Este esfuerzo mutuo ha sido vital para obtener
buenos resultados según relata Kenneth: “Nos dividimos el trabajo, mientras unos
rellenan los almohadones, otros usan la máquina de coser y enfundan el
producto, todos nos organizamos. Con esta idea queremos llevar un dinero a
nuestras familias que lo necesitan”, comenta.
El punto de encuentro es la casa comunal,
ubicada en la cooperativa Antonio José de Sucre, en la zona urbano-popular de
Durán, en donde se reúnen desde las 9 de la mañana hasta cerrar la tarde y en donde
cada uno cumple una función diferente para llevar adelante este emprendimiento.
Debido a su discapacidad física, Kenneth tiene
dificultades para trasladarse a diferentes partes, sin embargo, cuenta con el
apoyo permanente de su entorno familiar, pues según comenta no le gusta
quedarse en casa. “Siento que puedo estudiar, pintar y realizar cualquier
actividad”, dice.
Este joven emprendedor cuenta que muchas
personas toman a la discapacidad como un impedimento, “pero yo creo lo contrario,
soy un joven que tiene sueños como todos y con mis ideas podemos mejorar nuestra
situación y ser conocidos”.
Otra soñadora es Elena Castillo, también con
un 50 % de discapacidad física, decidió no quedarse al margen y se unió a este grupo
de emprendedores. Ella se dedica al trabajo de costura. “Me gusta lo que hacemos, soy costurera y le doy
forma a los almohadones, es una manera de valernos por nosotros mismos”,
comenta.
Elena relata que elaborar una almohada toma 2
y 3 horas, luego comercializan el producto entre conocidos y personas
interesadas a un valor de 5 dólares. Sin embargo, Kenneth añade que la próxima
meta que tienen es formar parte de alguna de las ferias que organiza el MIES,
ya sea en Durán o en Guayaquil, incluso esperan crear una página web, en donde
también puedan promocionar sus productos.
Edwin Feijoo, director del MIES para los
cantones Durán y Samborondón, destaca las ganas de superación de cada persona.
“Hemos visto una participación activa en temas de emprendimiento, el nuevo
modelo de atención a personas con discapacidad permite incluirlas en el ejercicio
de sus derechos y ser integradas en todos los programas y proyectos del
Estado”, enfatiza.