Esmeraldas. Un fuerte sismo estremeció la ciudad de Esmeraldas, dejando a su paso paredes derrumbadas, edificios fisurados y un profundo temor entre los habitantes, que revivieron los horrores del devastador terremoto de 2016.
Según reporte del periodista Manuel González, desde la provincia verde de Esmeraldas, aunque no se reportan pérdidas de vidas, el pánico se apoderó de las calles, donde decenas de personas se resguardaron en las veredas, temiendo réplicas.
El sismo, cuya magnitud alcanzó los 6 grados, provocó daños materiales significativos en varios sectores de la ciudad.
Así, en el Malecón de Playa Las Palmas, la pared lateral de un antiguo edificio militar colapsó sobre el tejado de un restaurante, generando alarma entre los vecinos.
En el centro de salud tipo C, al menos 15 personas fueron atendidas por heridas leves, como contusiones por caída de mampostería, dislocaciones de hombro y crisis de presión arterial, lo que constituye un reflejo del caos desatado por el sismo.
Varias viviendas presentan paredes derrumbadas y daños internos en su estructura. Instituciones clave de la ciudad, como la Universidad Técnica Luis Vargas Torres, que alberga a más de 10,000 estudiantes, el Municipio de Esmeraldas, la Prefectura y la administración del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, suspendieron sus actividades.
La medida responde, tanto a los daños reportados en sus edificaciones como a la necesidad de permitir que la población permanezca junto a sus familias en medio de la incertidumbre.
El Centro de Atención Ciudadana, que agrupa oficinas públicas como el SRI y el Registro Civil, también cerró sus puertas debido a fisuras y daños estructurales que representan un riesgo para trabajadores y visitantes.
“La ciudad está en pausa, la gente tiene miedo”, relató González, periodista de Relatos Esmeraldeños, desde el corazón de Esmeraldas.
La tensión reina en el ambiente
Los recuerdos del terremoto del 16 de abril de 2016, que dejó centenares de víctimas y una huella imborrable, volvieron a la mente de los esmeraldeños. “La gente salió corriendo a las calles, algunos lloraban, otros abrazaban a sus hijos. Fue como retroceder nueve años en el tiempo”, describió González.
A partir del mediodía, el COE cantonal se reunirá en las instalaciones del ECU911 para realizar un levantamiento técnico de los daños y coordinar las acciones de respuesta. Las autoridades han instado a la población a mantener la calma y seguir las indicaciones oficiales mientras se evalúa la situación.
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Esmeraldas, una ciudad marcada por la resiliencia, enfrenta nuevamente la furia de la naturaleza. Aunque los daños materiales son evidentes, la verdadera herida es el miedo que aún late en el corazón de sus habitantes.
La reunión del COE marcará el inicio de la reconstrucción, pero la calma tardará en regresar a una comunidad que, una vez más, ve con recelo el suelo que tiembla bajo sus pies.