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jueves, 18 abril, 2024

Messi y Rojo clasifican a octavos a una sufrida Argentina

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Un gol de Lionel Messi en la primera tiempo y una segunda parte de sufrimiento extremo tras el empate del nigeriano Victor Moses que les dejaba fuera del certamen, finalizado por el tanto del defensor argentino Marcos Rojo, clasificaron a Argentina a los octavos de final del Mundial de Rusia 2018.




No hubiera sido coherente con el recorrido del combinado argentino un triunfo cómodo, una exhibición del mejor jugador del mundo. Fue un pase agónico, marcado por un penalti innecesario de Mascherano que dio vida a las ‘Super Águilas’, quienes al contragolpe dieron mil y un sustos a la Albiceleste, hasta que anotó Rojo.

Era la última chance de Argentina, la última chance de Messi. Sin red, ni siquiera sin depender en realidad de sí mismos, llegaba la ‘Albiceleste’ a San Petersburgo, obligada a ganar o a ganar. E incluso eso podría no bastarle si Islandia ganaba a Croacia, ya clasificada, aunque los balcánicos cumplieron con su parte y ganaron 1-2.

Para ello, el técnico gaucho Jorge Sampaoli incluyó el anunciado cambio en la portería de Franco Armani por Willy Caballero y se agarró a los ‘históricos’, introdujo a Éver Banega en el centro del campo para el 4-4-2 y a Marcos Rojo en la defensa junto a Nicolás Otamendi. En la delantera, optó por Gonzalo Higuaín en lugar del ‘Kun’ Agüero.

De su lado Nigeria también tenía que apostar sus cartas. No en vano, las Súper Águilas estaban en la ‘pole position’ para pasar a octavos, con tres puntos por uno de Argentina, recordó en la previa su seleccionador, el alemán Gernot Röhr, que mantuvo su esquema con tres centrales, dos carrileros (Victor Moses y Bryan Idowu) y dos puntas móviles, Ahmed Musa y Kelechi Iheanacho.

No obstante, era también una Argentina muy frágil en la defensa. Avisó Musa con un disparo lejano y una pérdida de Mascherano en un mal pase a Rojo dio el balón a Iheanacho, pero la lentitud e indecisión del delantero del Leicester inglés permitió al ‘jefecito’ recuperar la posición y el esférico.

Messi, al que se había visto intentar un eslalon en los primeros diez minutos, detenido con contundencia por Obi Mikel, trazó en el 14 una línea solo visible para Banega, que desde la divisoria lanzó un centro diagonal perfecto para el control con el muslo del delantero del Barcelona, que se dio un autopase antes de fusilar a la red, imposible de detener Francis Uzoho.




Argentina respiró y buscó aumentar la cuenta. La tuvo Higuaín a pase de Messi, pero Francis tapó rápido y se llevó un buen golpe, del que se recuperó en minutos. En otra carrera, esta vez de Ángel Di María, una falta del defensor nigeriano Leon Balogun a un metro del área dio otra oportunidad a Messi, que estrelló el balón contra el poste izquierdo de Francis. Se acordaría de ella después.

Un agarrón, un error
Todo cambió cuando no habían transcurrido ni cinco minutos de la segunda parte, con un agarrón de Mascherano a Balogun dentro del área que más bien fue un abrazo, visto por el colegiado turco Cuneyt Cakir, que señaló penalti. Un agarrón como otros tantos, pero destacado por lo prolongado, un error impropio de un futbolista de la experiencia del ‘jefecito’.

Moses ejecutó la pena máxima con un disparo raso, a la izquierda de un Armani que se lanzó hacia el lado equivocado. Y Nigeria estaba en octavos, mientras Argentina se quedaba fuera y en Rostov, Croacia marcaba el 0-1 a Islandia.

Argentina tenía que buscar el segundo, pero lo que llegaban eran los contragolpes nigerianos, como un arranque de Musa por la izquierda que dejó atrás a Mascherano con un recorte, pero su pase no encontró rematador.

Enmudecía la mayoritaria hinchada argentina cuando veía correr a la contra a Musa, primero para dar un pase a Ndidi que disparó alto, después para centrar a Ighalo que se hizo hueco ante el despeje errado de Rojo y disparó solo, pero fuera. Despeje de Rojo que el árbitro Cakir revisó ante el monitor, avisado por el VAR porque tocó con la mano tras cabecear, pero no lo vio punible como penalti.

El tiempo corría y Argentina se lamentaba de las oportunidades perdidas, como la de Higuaín, que recibió un centro raso de Rojo por la izquierda y lo mandó a las nubes cuando estaba solo en el área. El gol que querrían haber visto los argentinos casi lo ven los nigerianos cuando Etebo lanzó una falta al exterior de la red.

Cuando todo parecía perdido y quedaban apenas tres minutos de tiempo reglamentario, un centro desde la derecha de Mercado encontró al central Marcos Rojo, en sorprendente ocupación de delantero, que conectó el esférico con su bota derecha y lo alojó en el fondo de la portería de Francis.




El sufrimiento extremo de Argentina tenía premio: los octavos de final, sabedores de que, en Rostov, Croacia estaba cumpliendo con su parte ganando por 1-2 a Croacia. Una parada de Franco Armani a la última ocasión de las Súper Águilas finiquitó el encuentro y certificó el pase a la siguiente ronda.

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