El drama de Don Reinaldo, un agricultor de 74 años, ha conmocionado al cantón Buena Fe. El adulto mayor, quien padece problemas de salud y camina con dificultad, fue víctima de una cruel estafa tras vender su cosecha de cacao en un comercial local.
El pasado lunes 29 de septiembre, Don Reinaldo entregó su producto y recibió $136 dólares en efectivo. Sin embargo, días después, al intentar realizar unas compras, descubrió la amarga sorpresa: tres billetes de 20 dólares eran falsos.
Trabajo y medicinas
Los $60 dólares falsos representan para Don Reinaldo «una semana de trabajo y el sustento para sus medicinas».
«Yo solo quiero que me devuelvan mis 60 dólares, nada más”, lamentó el agricultor, visiblemente afectado por el engaño. El hombre, conocido en su comunidad por ser trabajador y honesto, aseguró que nunca antes le había ocurrido algo así.
Al descubrir la estafa, Don Reinaldo, acompañado por un vecino, regresó al local comercial para reclamar. No obstante, los responsables se negaron a devolver el dinero y a revisar las cámaras de seguridad, argumentando que las grabaciones se borran cada ocho días. Según el agricultor, incluso intentaron detenerlo cuando descubrió que el dinero no era legítimo.
El adulto mayor acudió a medios locales con la factura en mano, exponiendo su caso con la esperanza de que los dueños de la exportadora rectifiquen y le devuelvan el valor de su trabajo, ya que el proceso de denuncia ante la Fiscalía es un trámite que desearía evitar.
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Solidaridad
La historia de Don Reinaldo tocó la fibra sensible de la comunidad. Vecinos y ciudadanos del cantón expresaron su apoyo y analizan la posibilidad de presentar una denuncia formal ante la Fiscalía, exigiendo a las autoridades hagan un mayor control y protección para los agricultores que viven de su esfuerzo diario.
La solidaridad no se hizo esperar. La historia se hizo viral en redes sociales, conmoviendo a los miembros del Club de Leones de Quevedo, quienes actuaron rápidamente. Se organizaron para contactar a Don Reinaldo y hacerle una entrega de dignidad.
El agricultor recibió bolsas de alimentos, productos básicos y un aporte económico destinado a la compra de sus medicamentos. «Dios les pague. Yo pensé que ya a nadie le importaba lo que me pasaba…”, expresó el adulto mayor, agradecido por el apoyo que le brindó un alivio en medio de sus días oscuros.
El caso de Don Reinaldo se convierte en un llamado de atención sobre la vulnerabilidad de los adultos mayores y la necesidad de proteger a los agricultores que, a pesar de sus años y el cansancio, continúan labrando la tierra.
