Un grupo de estudiantes de la Universidad Técnica de Babahoyo (UTB), extensión Quevedo, ha emprendido un novedoso proyecto de vinculación con la comunidad denominado Rescatando las tradiciones de Quevedo.
Con entusiasmo y compromiso, los estudiantes buscan revivir las costumbres, juegos y sabores que han definido la identidad de esta ciudad, conectando generaciones y fortaleciendo el sentido de pertenencia.
Jennifer Tatiana Sánchez Ramírez, Antonia del Rosario Vera Vera, Marlon David Bautista Chiluiza, Jeniffer Denis Díaz Vera y Jonathan Andrés Mosquera Macías, estudiantes de sexto y séptimo semestre de las carreras de Comunicación, Comercio, Turismo y Educación Básica, lideran la iniciativa.
A través de actividades dinámicas, como la recuperación de juegos tradicionales, el rescate de la gastronomía local y la promoción del folclor, este grupo de cinco jóvenes trabaja incansablemente para que las tradiciones quevedeñas no se desvanezcan en el olvido.
El proyecto, que involucra a unos 15 estudiantes en total, cuenta con el respaldo de Aldia, al que las entrevistadas agradecen por abrirles las puertas para ejecutar esta iniciativa. “Es una oportunidad única para nosotros como futuros profesionales.
Este proyecto nos permite crecer, aprender y prepararnos para ser mejores comunicadores y ciudadanos comprometidos con nuestra comunidad”, expresó con entusiasmo Jennifer Sánchez.
Esta semana, los estudiantes iniciaron las actividades con juegos tradicionales como el palo encebado y la rayuela, que desplegaron en una concurrida calle del centro de Quevedo, atrayendo las miradas curiosas de conductores y transeúntes.
“¡Fue emocionante ver cómo la gente se detenía y sonreía al recordar estos juegos! Queremos que la comunidad se una, que los niños dejen por un momento el celular y descubran la alegría de compartir en grupo”, comentó Sáncehz, con una chispa de ilusión en su voz.
Charito Vera destacó la importancia de preservar estas tradiciones: “Rescatar nuestras costumbres nos identifica como quevedeños. El tiempo puede ser un enemigo que borra la memoria, pero al revivir los juegos, la gastronomía y el folclor, mantenemos viva la herencia de nuestros abuelos”.
Su pasión refleja el objetivo del proyecto: no solo recuperar formas de diversión, sino también fortalecer los lazos comunitarios y la identidad cultural. Entre los juegos que los estudiantes buscan poner en el centro de la escena están la rayuela, las canicas y el trompo.
“Estos juegos nos transportan a una época donde la imaginación y la creatividad eran todo. Nos recuerdan la inocencia y la alegría de compartir momentos simples pero llenos de vida”, compartió Vera, con nostalgia y entusiasmo.
El grupo planea organizar una convivencia comunitaria donde presentarán estas tradiciones, además de otras actividades que promuevan la interacción intergeneracional. Otro pilar del proyecto es incentivar a los niños a practicar actividades que desarrollen su motricidad y creatividad, alejándolos de las pantallas.
“Queremos que los más pequeños descubran el valor de jugar juntos, de moverse, de crear. Que sientan orgullo de ser parte de esta ciudad y sus tradiciones”, afirmó Vera. Además, los estudiantes tienen como misión “conectar voces” entre generaciones, trasladando hábitos, valores y buenos modales que refuercen la identidad quevedeña. Desde la preparación de platos típicos hasta la puesta en escena de bailes folclóricos, el proyecto abarca un abanico de iniciativas que prometen revitalizar la memoria colectiva de Quevedo.
Rescatando las tradiciones de Quevedo no es solo un proyecto académico; es un canto a la memoria, un esfuerzo lleno de pasión por mantener viva la esencia de una ciudad que late en sus costumbres.
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Con el compromiso de estos jóvenes, la UTB extensión Quevedo demuestra que el futuro de la cultura local está en buenas manos. La comunidad está invitada a unirse a esta celebración de la identidad, a redescubrir la magia de los juegos de antaño y a construir puentes entre el pasado y el presente para un futuro más conectado.