La noche del domingo 20 de julio, la vía Pichincha-Quevedo se convirtió en escenario de una tragedia que ha sumido en la consternación a varias familias, especialmente a la de María Beatriz Viteri, de 33 años, una de las tres víctimas fatales del vuelco de un bus de la Cooperativa Reales Tamarindo.
Hasta el momento, las causas exactas del siniestro no han sido confirmadas por las autoridades, pero el dolor de las familias que han perdido a sus seres queridos y ven a sus hijos en la orfandad es inmenso.
Para la familia de María Beatriz, la pérdida es doblemente devastadora. Su hermano, Juan Viteri, detalló con profunda tristeza que María era el pilar económico de su hogar. «Ella era el sustento de la casa», afirmó Juan, explicando que su hermana se encargaba de su madre, una mujer de la tercera edad que además tiene un grado de discapacidad.
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María Beatriz deja en la orfandad a dos hijos pequeños, uno de seis y otro de diez años. El día del fatal accidente, había viajado a Manta con el propósito de vender productos como comerciante informal, buscando asegurar el sustento diario para su familia.
Ante esta situación de extrema vulnerabilidad y escasez de recursos, los familiares de María Beatriz hacen un llamado desesperado a la Cooperativa Reales Tamarindo para que asuma su responsabilidad y brinde la ayuda económica necesaria para cubrir los gastos fúnebres y apoyar a los hijos y la madre de la fallecida.
El cuerpo de María Beatriz Viteri será sepultado este miércoles 23 de julio en la ciudad de Quevedo, un día de luto para una comunidad que se une al dolor de esta familia.
