El mal uso del 9-1-1 dificulta la labor diaria de salvar vidas. Además, obstaculiza la asistencia de emergencias, genera desperdicio de tiempo, recursos económicos, humanos, equipamiento e infraestructura, conlleva sanciones (privación de la libertad) y congestiona el canal de acceso de la ciudadanía a la línea única. En 2018, se recibieron 5’988.062 (47,44%) llamadas de uso inadecuado del servicio y se registraron 6’634.150 (52,56%) alertas de buen uso, que en total suman 12’622.212.
El año anterior, se generó un gasto innecesario de 12’455.169 dólares por avisos falsos de emergencia. De acuerdo con un cálculo estimado, por cada emergencia real se recibió un reporte inadecuado. En 2018, el tiempo promedio de llamadas de mal uso del servicio fue de 6’385.836 segundos lo que representa 2,5 meses seguidos de trabajo, es decir, la utilización irresponsable del 9-1-1 —en ese período— derivó en pérdida de tiempo y de recursos para la asistencia de las alertas ciudadanas.
El costeo por llamadas de mal uso del 9-1-1 se realizó con la metodología ABC de SENPLADES. Este cálculo considera costos productivos y no productivos en términos de remuneraciones, equipos de computación depreciados, muebles y enseres depreciados, servicios básicos y telecomunicaciones (Internet y Red Nacional Troncalizada) asumidos por el Servicio Integrado de Seguridad ECU 911. El precio de una llamada indebida —que dura en promedio 1 minuto con 11 segundos— es de 2 dólares con 8 centavos.
Las zonas con mayores cifras de mal uso del servicio respecto al total de alertas atendidas en su jurisdicción operativa son ECU 911 Samborondón (Guayas, Los Ríos, Santa Elena, Bolívar y Galápagos) con el 51,41%; seguido por ECU Portoviejo (Manabí y Santo Domingo de los Tsáchilas) con el 51,07% y el ECU Quito (Pichincha, Napo y Orellana) con el 46,43%.
Como parte de la política de puertas abiertas de la institución y para generar conciencia y corresponsabilidad ciudadanas a través de la cercanía con la comunidad se lanza la campaña “USA BIEN EL 9-1-1” para que las personas comprendan la magnitud de realizar una llamada inadecuada que significa no salvar vidas. En lo que va de 2019, se han registrado 3’183.452 avisos inadecuados lo que representa el 45,35% de los reportes receptados a la línea de emergencias, por ello, es necesario unificar esfuerzos y afianzar los lazos de cooperación entre la ciudadanía y las instituciones encargadas de la seguridad en el país para reducir los índices de mal uso del 9-1-1.
Esta estrategia se complementará con actividades de vinculación con la comunidad, recorridos por los ECU 911 a escala nacional, visitas a instituciones educativas, difusión de información y productos audiovisuales en redes sociales y medios de comunicación (con audios reales), entrega de material informativo, ferias ciudadanas, entre otras acciones.
El Director General del ECU 911, Ing. Juan Zapata, expresó que “el mal uso del 9-1-1 —incluye llamadas sin interlocutor, consultas, información, bromas, presuntas llamadas falsas, entre otras— congestiona el canal de acceso de la ciudadanía a la línea única para emergencias e impide dar un servicio de calidad, que es nuestro objetivo. Es importante entender que no solo es un gasto de recursos del Estado, sino que se pierde tiempo para una verdadera emergencia, en donde un segundo hace la diferencia entre la vida y la muerte. Se hace un llamado a la conciencia para cuidar este servicio que es de todos los ecuatorianos”.
Esta campaña de concienciación durará seis meses, luego se ejecutará un proceso de evaluación y posteriormente se presentarán las denuncias respectivas para judicializar los casos. Y proceder con las sanciones vigentes en el Código Orgánico Integral Penal (COIP). El artículo 396 (COIP) tipifica con “pena privativa de libertad de 15 a 30 días a la persona que de manera indebida realice uso del número único de atención de emergencias para dar un aviso falso de emergencia y que implique desplazamiento, movilización o activación innecesaria de recursos de las instituciones de emergencia”.
La línea única 9-1-1 es un servicio de vital importancia para el mantenimiento de la seguridad y la asistencia oportuna de emergencias. La responsabilidad de cuidarlo involucra a la sociedad en su conjunto, porque “ECU 911 Somos Todos”.