Una ráfaga de disparos interrumpió la tranquilidad de los habitantes del sector 20 de febrero de Quevedo, en la provincia de Los Ríos, la noche del 6 de noviembre. El estruendo alertó a los vecinos sobre un nuevo acto de violencia que acabó con la vida de Manuel Antonio Ramos Calvache , de 36 años, conocido en el sector como ‘Grandote’ .
El cuerpo de Ramos Calvache fue hallado sin vida en la sala de un inmueble, presentando una brutalidad inusual: 21 heridas de entrada y salida, provocadas por múltiples impactos de proyectil de arma de fuego.
De acuerdo con los primeros reportes, los sicarios llegaron directamente a la vivienda y lo ‘liquidaron’ en el acto.
Las autoridades, que investigaron el suceso, confirmaron que Ramos Calvache registró un historial judicial. Además, el fallecido figuraba como presunto integrante una GDO, un detalle que orienta las líneas de investigación hacia posibles ajustes de cuentas o disputas internas dentro de organizaciones criminales.
En el marco de las diligencias, la exconviviente de la víctima relató un hecho llamativo ocurrido la misma noche del crimen. Ramos había acudido a su casa para «despedirse» de ella y de su hija, asegurándoles que «ya no las iba a molestar».
La mujer explicó que la relación había finalizado pocos días antes debido a las constantes recaídas del hombre en el consumo de sustancias y sus actitudes violentas.
La Fiscalía de Quevedo ordenó el levantamiento del cadáver y su inmediato traslado a la morgue de la ciudad para la práctica de la autopsia legal que determinará con precisión las causas y circunstancias de la muerte. Las autoridades continúan las investigaciones para esclarecer los motivos detrás de este violento asesinato.





