Los enfrentamientos internos y la creciente presión de los gobiernos de México y Estados Unidos han forzado una alianza sin precedentes entre facciones rivales del Cártel de Sinaloa y su antiguo adversario, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Esta unión, impulsada por los hijos de Joaquín «El Chapo» Guzmán, conocidos como Los Chapitos, tiene el potencial de transformar radicalmente el panorama del crimen organizado a nivel mundial.
Los Chapitos ceden terreno
El Cártel de Sinaloa, tradicionalmente uno de los imperios criminales más grandes del planeta, ha estado fragmentado en dos facciones principales: Los Chapitos y los seguidores de Ismael Zambada García, alias ‘El Mayo’.
La debilitada posición de Los Chapitos los ha llevado a ceder territorios clave a cambio de apoyo financiero y militar del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Esta estrategia refleja una grave crisis interna y una feroz competencia por el control de las lucrativas rutas de tráfico de drogas.
Lucha contra la violencia
Este giro en la dinámica del narcotráfico se produce en medio de una campaña agresiva del gobierno mexicano para frenar la producción y el tráfico de fentanilo, especialmente en el estado de Sinaloa.
A ello se suma la constante presión de Estados Unidos para reducir el flujo de drogas hacia su territorio.
A pesar del incremento en las incautaciones y los despliegues militares, la violencia y la lucha por el poder entre los cárteles persisten con alta intensidad.
Miles de personas han muerto o desaparecido, particularmente en Culiacán, la capital de Sinaloa.
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Adaptación
Expertos en seguridad señalan que, a pesar de los esfuerzos por desmantelar estos grupos, es casi imposible lograr una interrupción sostenida del narcotráfico. Los cárteles demuestran una capacidad constante para adaptarse y reconfigurarse.
La reciente alianza entre facciones rivales es una clara evidencia de la naturaleza cambiante y compleja del crimen organizado, cuyo impacto se extiende más allá de las fronteras mexicanas, afectando mercados internacionales y la seguridad global.
Esta nueva dinámica podría fortalecer aún más el poder del Cártel Jalisco Nueva Generación y alterar las alianzas y estructuras del narcotráfico internacional.