El eco del dolor se siente con fuerza en los exteriores de la morgue de Quevedo. Allí, entre un mar de rostros marcados por la desesperación, la figura de la esposa de Jenry Campuzano , de 28 años, se destaca por su inconsolable llanto. Con una camiseta blanca estampada con las fotografías de su esposo fuertemente abrazada, guarda la entrega de su cuerpo, sumergida en un dolor indescriptible.
«Él era el amor de mi vida, el padre de mis tres hijas que ahora quedan desamparadas», repite una y otra vez, con la voz quebrada por el llanto. Jenry Campuzano es una de las 17 víctimas mortales de la brutal masacre ocurrida la noche del domingo en el recinto La Guayas, en el cantón El Empalme.
El horror se desató cuando un grupo de sujetos armados llegó a las afueras de la cantina ‘La Clínica’ y abrió fuego indiscriminadamente contra los presentes. El ataque no solo cobró la vida de Jenry y otras dieciséis personas, sino que también dejó a siete heridos, sumando a toda una comunidad en el luto y la incertidumbre.
La tragedia de Jenry y su familia es un crudo reflejo del sufrimiento que viven decenas de hogares que hoy lloran a sus seres queridos. Mientras las autoridades continúan con las investigaciones para esclarecer los hechos y dar con los responsables, solo queda el consuelo mutuo entre quienes comparten el mismo e inmenso dolor.
Víctimas
Entre las víctimas identificadas hasta el momento, se encuentran: Mayvelin Camila Vergara Martillo, de 24 años; Jean Carlos Pazmiño Palma, de 26; GeanCarlos Velázquez Lucas, de 32; Loor Toscano José Bolívar; Espinoza Rizzo Mauro Javier; Quintero Quintana Daniel Mauricio; Dávila Hurtado Jefferson Lenín; Párraga Vásquez Jefferson Neptaly; Campuzano Zambrano Jenry David; Cusme Palma Wiston Domingo; Meixar Alejandro Arreaga Cedeño, de tan solo 15 años; Pico Endara Rino Rangel; y Bustamante Valarezo Mariuxi Jeniffer .
La policía ha señalado que, según los registros, ninguno de los fallecidos identificados tenía antecedentes penales, lo que agrava aún más la incomprensión y el dolor de sus seres queridos.
Mientras las autoridades continúan con las investigaciones para esclarecer los motivos de esta masacre y dar con los responsables, las familias solo pueden aferrarse a la esperanza de justicia.
