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jueves, 25 abril, 2024

La pobreza me enseñó a hacer los corviches mandingos

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EL EMPALME. Petita Saberio, más conocida como la reina de los corviches en El Empalme cooperativa 29 de Octubre sector los 3 arcos, desde hace 27 años se dedica a este emprendimiento en el cantón.

Esta iniciativa surgió de una crisis económica tras haber recurrido a un préstamo para construir su casa, ella se dedicaba a vender almuerzos. Tras un derrame al corazón perdió su negocio quedando completamente inmóvil (sin poder moverse), su familia tuvo que recurrir a venderlo todo, desde propiedades e inmuebles.

Los médicos aseguraron que Petita nunca podría realizar una vida normal “me dijeron que no podía ni bañarme y yo le respondí que el único que podía decidir en mi vida era Dios, yo soy una mujer de fe “.

Asegura que el poner primero a Dios le ha beneficiado en muchas cosas.

Me cobraban 50 millones de sucres en ese tiempo para una operación. Recuerdo tanto que un ecocardiograma para mi enfermedad me costaba muy caro, pero aún así mis hijos lo pagaron, cuando salieron los resultados arrojaron que ya no tenía nada y todo eso se lo debo a Dios, me dijeron. “Tú Dios te quiere mucho”.

Seguido de eso tenía muchas deudas, mis hijos comenzaron a emprender vendiendo corviches para ayudarme con mis gastos, pero no les salía bien, se desbarataban, entre otras dificultades.

Con mi experiencia en la cocina yo cogí una funda y comencé a realizarlos, y de allí en adelante Dios me ha bendecido con muchos éxitos, para decirle que la tradición continuará de largo, ya que mis hijos y nietos venden en diferentes lugares en El Empalme y también uno de ellos en Quito.

Se despidió con este motivador mensaje: “LA FE MUEVE MONTAÑAS”. (L.R)

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