La historia de Lolita (nombre protegido)., una vendedora de lácteos en Quevedo, sirve como una dura advertencia para quienes, por desconocimiento o buena fe, acceden a prestar sus cuentas bancarias a terceros.
Lo que comenzó como un simple favor a un conocido para recibir dinero de una supuesta venta de terreno, terminó en una pesadilla legal, dejándola detenida y vinculada a un presunto caso de extorsión y secuestro.
Lolita fue arrestada y llevada ante la justicia, enfrentando cargos por su presunta conexión con actividades delictivas. «Fue muy difícil esta situación, no se lo deseo a nadie», lamentó entre lágrimas.
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Tuvo que pasar cerca de tres meses detenida para poder demostrar su inocencia. Durante este angustioso periodo, sus hijos quedaron solos, ya que es viuda y no cuenta con familiares en Quevedo que pudieran hacerse cargo de ellos.
La mujer reveló a Diario ALDIA que, durante su estancia en prisión, encontró a otras mujeres con historias similares, víctimas de la misma trampa. Por ello, hace un llamado urgente a la ciudadanía: «¡Que nadie preste su número de cuenta para evitar ser detenida!»
Este caso pone en evidencia una modalidad utilizada por organizaciones delictivas para lavar dinero o recibir fondos ilícitos, utilizando a personas inocentes como «mulas financieras».
Las autoridades reiteran la importancia de no compartir información bancaria ni prestar cuentas a terceros, ya que esto puede acarrear graves consecuencias legales, incluso si la persona no tiene conocimiento de la actividad criminal detrás de las transacciones.