Pimocha, la parroquia más extensa del cantón Babahoyo, que se erige como un epicentro de cultura, historia y, sobre todo, la efervescencia de sus legendarios Rodeos Montubios.
Este rincón ecuatoriano, que fusiona la riqueza agropecuaria con la belleza de sus paisajes fluviales, invita a locales y turistas a sumergirse en una experiencia inolvidable.
Tradición
Cada octubre, Pimocha se transforma. La adrenalina y la algarabía se apoderan de la cabecera parroquial con la llegada del Rodeo Montubio, un espectáculo que congrega a las haciendas más prestigiosas del Litoral.
Más que un evento, es una celebración de la identidad montubia, donde la destreza y el valor son protagonistas.
Los desfiles de jinetes, la emocionante elección de la «criolla bonita», las desafiantes montas de caballos chúcaros y los hábiles enlazados de reses y equinos, crean un ambiente inigualable que atrae a multitudes y se convierte en el alma de la fiesta.
Pero Pimocha es mucho más que sus rodeos. Esta parroquia, cuyos orígenes se remontan a las tribus Huancavilca, guarda una profunda riqueza cultural e histórica.
Se cree que su cabecera parroquial fue un antiguo cementerio indígena, como lo evidencian las «tolas» o montículos artificiales que aún se encuentran.
