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sábado, 20 abril, 2024

¿Por qué se celebra la rebelión Babense y qué significa?

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BABA. El cantón tiene historia, y más de lo que se imagina. Su lucha contra la opresión española marcó un hito en el Ecuador.

Desde tiempos inmemorables Baba, indomable y heroico en su tiempo. Con la llegada de los españoles, a tierras americanas, este pueblo, un 20 de noviembre de 1954, fue elevado a la categoría de tenencia, formando parte del corregimiento de Guayaquil, dependiendo de la Real Audiencia de Quito.

Y a partir del 27 de agosto de 1701 fue elevada a la condición de partido con igual categoría que Portoviejo, Babahoyo, Daule, Santa Elena y Yaguachi.

Baba “la señorial población fluminense “es uno de los cantones más antiguos de la provincia de Los Ríos tiene su abolengo y un prestigioso pasado, durante la época colonial, pues estando asentada a un costado del rio de su nombre, tuvo días magníficos en el vivir social de aquel entonces.

Según Modesto Chávez Franco, en sus ‘Crónicas del Guayaquil Antiguo’, fue “la residencia favorita de los más nobles del coloniaje y los mejores toreadores que ex profeso venían trayendo sus propios toros y magníficos caballos para lucir sus proezas y gallardías de caballeros en plaza en las fiestas públicas en que las corridas eran infaltables”.

Historia y rebelión

Felipe V se convirtió en el primer borbón en la dinastía española en el año de 1701, los antiguos conflictos entre los Habsburgos y Borbones y la alineación de los reinos antiguos de la corona de Aragón encargándose de gobernar al fallecer el Rey de España Felipe V en 1746, le sucede en el trono su vástago Fernando VI; existiendo una disposición de la corona española que obligaba a todas las colonias dominadas por España a celebrar cualquier evento que tuviera relación directa con la familia real y mucho más tratándose de la coronación de un nuevo Monarca, todos los plebeyos debían prestar juramento de lealtad y obediencia al Rey.

El Sargento Mayor don José Clemente de Mora y León para entonces Gobernador de Guayaquil, según figura en el Acta del Cabildo de Guayaquil el 21 de marzo 1747, se notifica a los alcaldes de la Hermandad, Regidores y corregidores ausentes en sus haciendas, la infausta noticia del fallecimiento del Rey Felipe V, fijándose para el 5 de mayo las exequias fúnebres y para el 13 día 15 de septiembre la formal juramentación del Rey Fernando VI. En la referida Acta se hace constar que todo se ejecutó por medio de un bando que exigía la formal asistencia de todos los vecinos y lugares aledaños tanto de la ciudad como de los pueblos, y advirtiéndoles que, de no hacerlo, se les impondría multas.

Para tan significativo acontecimiento el Gobernador, procedió a socializar a las autoridades de Daule, Baba, Ojiba, dándoles a conocer la obligación que tenía la población para la contribución para costear los gastos de posesión y asistencia en el mandato del nuevo Rey Fernando VI.

El comisario general de la caballería don Juan Bautista Platzaert y Lebrún residente de Ojiba, quien designo realizar la colecta en Baba a don Bartolomé de Echeverria, los babenses al recibir la notificación estricta de las obligaciones mostraron su descontento por la exagerada cantidad de dinero con lo que debían aportar y a su vez con la asistencia obligatoria.

El 27 de julio de 1747 a través de una carta redactada de puño y letra de don Bartolomé de Echeverría comunicaba al comisario señor Juan Bautista Plazart y Lebrun, de manera molesta al tener que cumplir con lo solicitado previamente y expreso no haber recaudado ni un peso, porque la población manifestaba no tener plata y que no aportarían con dicho estipendio, y que otro grupo del pueblo babense aportarían dicho estipendio si el resto de la población aportaban y de otro grupo respondió categóricamente que no darían ni un medio, lo que expreso que poco se sacará de este sector “PORQUE HAY MUCHA POBREZA” dando a conocer a Plazart de no haber obtenido éxito en cumplir con las exigencias de la corona española, don Bartolomé de Echeverria viajo a Baba y se logró reunir con uno que otro noble en el corregimiento, con el objetivo de tener un prorroga y así obtener la contribución económica para costear los gastos de los ocho rejoneadores que debían asistir a la fiesta de Guayaquil.

Pero su intento fue en vano pues la población alego no poseer dinero, además los rejoneadores manifestaban “no queremos torear” frase que ha trascendido a través de la historia y del tiempo originándose la reconocida frase de la noble y torera ciudad de Baba. Era evidente que el pueblo babense no deseaba participar ni colaborar económicamente en la coronación y celebración del nuevo Rey, cabe recalcar que la situación económica que alegaron no era real y los enviados por la corona dieron testimonio fidedigno que Baba estaba en todo su auge cacaotero de exportación de la época, siendo considerado como un emporio de sustento económico de la Gobernación de Guayaquil, observándose una clara manifestación de desacato del pueblo babense contra el yugo español.

El 30 de julio de 1747 don Juan Bautista Plazart redacto una carta meticulosa al Gobernador manifestándole los pormenores de las gestiones, y de la mala educación y acto de rebeldía que había recibido de algunos de los moradores babense, por su parte el Gobernador el 4 de agosto contesta a Plazart reprochando la discordia, la mala educación y el esparcir de mala crianza al rechazar y negarse a la contribución económica.

Como era de esperarse contrajo consecuencias nefastas, el señor Gobernador que nunca antes había sido desobedecido, sintiéndose ofendido le manifestó a Plazart que no debió permitir el irrespeto y acto rebeldía, esto inspiro a que se castigue a quienes se negaron a contribuir y asistir a los festejos imponiendo secuestros de bienes, multa y prisión. El pueblo babense con esta negativa de ser fiel y rendir homenaje a Fernando VI Rey de España es a lo que se reconoce como la REBELION DE LOS BABENSES, tras el coraje y bravura Fernando Cepeda, Tomas Coello, Antonio Figueroa, Pedro Elizondo, entre otros se negaron a contribuir, como se les había ordenado, para conmemorar con fiestas y toros la coronación del nuevo Monarca Fernando VI.

El pueblo babense asumió su responsabilidad histórica ante el desacato de las ordenanzas del Rey y prefirió ser víctima de la incautación de sus bienes como sus haciendas cacaoteras, cafetaleras y ganaderas pagando altos aranceles tributarios de aduana y la constante persecución contra ellos, el yugo español siguió recibiendo humillaciones.

La gran hazaña heroica del 15 de septiembre de 1747 sirvió como ejemplo a las siguientes generaciones, siendo actos de bravura y rebeldía que motivaron a los pueblos, este acontecimiento merece estar inscritas en las indelebles letras de la historia de América Latina, como luz de espíritu y antorcha que ilumina el patriotismo de aquellos hombres y mujeres que forjaron el primer grito de independencia el 10 de agosto de 1809 ofrendando sus vida por la libertad la igualdad y confraternidad de todos los pueblos del mundo, encendiéndose así la noble y torera ciudad de Baba. (Santana, 2020).

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