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viernes, 1 agosto, 2025

El sabor de la tradición y la innovación es parte de la historia de los hornados Kimberly en Quevedo

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En el corazón de Quevedo, justo en la calle 12 de Octubre y Décima Primera, se esconde una historia de perseverancia, sabor y legado familiar. Allí, el aroma inconfundible de una pierna de chancho recién horneada, que sale de un moderno horno de cemento, es el preámbulo de la trayectoria de la familia Sanipatín-Zurita, un verdadero símbolo de cómo mantener viva una tradición ancestral sin dejar de innovar.

Nadie mejor para narrar esta fascinante historia que don Luis Sanipatín Zurita , uno de los herederos de este arte culinario.

Él recuerda con orgullo que el negocio de hornear cerdos, aves y otros manjares comenzó en 1968 de la mano de sus padres, Samuel Sanipatín y Rosario Zurita . Esta pareja, visionaria y emprendedora, no solo fundó una empresa, sino que dejó un legado invaluable a sus hijos.

Fueron don Samuel y doña Rosario quienes tuvieron la ingeniosa idea de construir un horno de leña para hornear los alimentos de sus vecinos. Al ver el éxito y la demanda, decidió expandir su iniciativa, abriendo lo que en ese entonces se conoció como la Panificadora Continental.

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Tras años de esfuerzo, lucha y dedicación, doña Rosario y su esposo transmitieron este arte culinario a sus hijos: Luis, Joba y María Isabel . Con el tiempo, y luego del sensible fallecimiento de sus padres, fueron los hermanos Sanipatín quienes tomaron las riendas del negocio, continuando con la misma pasión y brindando sus servicios a una clientela cada vez más selecta.

Con el paso de los años, el negocio evolucionó. La Panificadora Continental dio paso a un nuevo nombre: Hornados Kimberly y Hermanos . Pero el cambio no fue solo nominal. Los hermanos Sanipatín llevaron la innovación un paso más allá al modificar el horno original de sus padres, reconstruyéndolo con piedras volcánicas traídas directamente del volcán Cotopaxi , un detalle que añade un toque único a su ya afamada cocción.

El negocio de la familia Sanipatín-Zurita se mantiene fuerte y activo. Abra sus puertas a las 06:00 y cierre a las 20:00 todos los días. Sin embargo, en épocas de festividades como Navidad y Año Nuevo , el trabajo no se detiene. La demanda es tal que incluso deben contratar horneros adicionales para poder cumplir con todos los encargos de sus fieles clientes.

Así, la familia Sanipatín-Zurita sigue siendo pionera en la horneada de alimentos en el cantón Quevedo, llevando con orgullo el nombre y la tradición de sus ancestros, y demostrando que el respeto por el pasado y la visión de futuro pueden coexistir en un negocio lleno de sabor.

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