QUEVEDO. La inseguridad no deja de sorprender en la ciudad de Quevedo, donde ya no solo las personas son víctimas de la delincuencia, sino que ahora las mascotas son asesinadas por el simple hecho de defender a sus amos en situaciones de inminente peligro.
El nivel de crueldad a los que puede llegar el ser humano quedó grabado en la cámara de seguridad de un negocio. Todo ocurrió la noche del lunes 16 de mayo en la calle José Joaquín de Olmedo y Brasil de la parroquia San Camilo, frente a una clínica.
¿Cómo sucedió?
En las duras imágenes se observa a un pequeño grupo de personas compartiendo un rato ameno en la parte de afuera de una vivienda. De pronto, justo a las 23:49 se acercan dos motocicletas, cada una con dos ocupantes armados.
Al notar la actitud sospechosa de los sujetos, quienes se encontraban en el portal de la casa corrieron e ingresaron al domicilio para evitar ser alcanzados por las balas. Uno de los presentes optó por quedarse sentado, los que lograron entrar rápidamente cerraron la puerta.
Uno de los pillos que iba de copiloto se bajó y a punta de patadas abrió la puerta. Ese momento fue aprovechado por la persona que había quedado fuera, alzó las manos y poco a poco se alejó de la escena.
Segundos después de la segunda moto se bajó otro antisocial, que tampoco dudó en ingresar a la vivienda dentro de la cual tras realizar algunos disparos para amedrentar a sus víctimas robaron varios celulares.
Ataque
Salieron corriendo para luego subir a los vehículos livianos esperados por sus compinches. Mientras intentaban escapar, ‘Bruno’ un perrito de dos años salió en defensa de sus dueños y por varios metros persiguió a los antisociales.
Los individuos para evitar ser mordidos por el can, sin piedad le dispararon. Al sonido del proyectil, un hombre salió de la casa gritando desconsoladamente mientras su perrito corría desesperadamente de regreso. A su paso iba dejando marcado un camino de sangre que le emanaba de la herida provocada por el arma de fuego.
Regresó a su hogar
Con las pocas fuerzas que tenía, Bruno ingresó a su casa donde cayó en el piso agonizante. Frente a quienes la cuidaron y alimentaron durante el tiempo de vida, el perrito dio sus últimos respiros hasta que su corazón dejó de latir ante la mirada de rabia, tristeza e impotencia que aquellos que la quisieron.
Esta muerte causó indignación en los quevedeños que conocieron lo ocurrido por medio de redes sociales. La ciudadanía ya está cansada que actos de inseguridad se registran casi a diario en esta ciudad en la que no se sienten tranquilos ni siquiera en sus propias viviendas que se supone que son lugares para sentirse resguardados.
La mascota formaba parte de una familia, ahora sus dueños lloran esta muerte brutal sabiendo que tendrán que vivir recordando aquellos momentos de alegría y travesuras.