Afectaciones de toda índole fue lo que ocasionó la fuerte lluvia que cayó la noche del lunes 10 de marzo en la provincia de Los Ríos.
El aguacero que tuvo la característica de tormenta eléctrica, también estuvo acompañado de fuertes vientos que provocó daños en postes, luminarios, caídas de vallas publicitarias, crecida de esteros, crecida del nivel de las riadas en los tramos entre Babahoyo y Jujan; e inundación en Catarama Viejo.

El puente sur de Quevedo quedó a oscuras, debido a la caída de dos postes también cayeron varias luminarias; en la parroquia La Esperanza una valla publicitaria cedió y cayó al suelo.
En el recinto Aguas Claras, a pocos kilómetros de Valencia, se desbordó e inundó el caserío. Las aguas pasaron por encima de la carretera E30 y crearon dificultad para los vehículos que por allí transitaban.
En los tramos entre Babahoyo y Jujan, en donde se producen las riadas en cada invierno, hubo una crecida fuerte del nivel de las aguas, se reportó que el nivel alcanzó 55 cm.

En Catarama Viejo, cabecera cantonal del cantón Urdaneta, la crecida del río entró a la ciudad e inundó varios sectores, calles, casas, dañó locales, cultivos y sembrados.
Invierno sin tregua
Ecuador enfrenta una vez más los embates de la temporada de lluvias, un drama que parece no dar tregua.
Según la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), desde el inicio de 2025 hasta el 8 de marzo se han registrado 1.335 eventos adversos, con un saldo de 18 fallecidos, 82.598 personas afectadas y 22.121 viviendas dañadas.
El epicentro de esta crisis se encuentra en la provincia de Manabí, que concentra el 60% de los perjudicados.
Las provincias de Guayas, Los Ríos, El Oro y Esmeraldas también reportan miles de afectados, mientras las ciudades y cultivos quedan bajo el agua, y los deslaves y aluviones agravan la situación.
Cada año se repite el panorama
Sin embargo, este panorama no es nuevo. Año tras año, el país se ve atrapado en un ciclo de inundaciones y desastres que golpean con fuerza a sus habitantes.
En 2024, entre el 29 de enero y el 20 de junio, Ecuador sufrió 1.854 eventos adversos relacionados con las lluvias, dejando casi 200.000 personas perjudicadas y cerca de 45.000 viviendas afectadas.
En ese período, Manabí también fue el foco principal, con el 36% de la población impactada. Los Ríos, por su parte, se ha consolidado en los últimos años como una de las provincias más castigadas, liderando en varias ocasiones el número de damnificados.
La SNGR destaca que, en tan solo los primeros 66 días de 2025, los eventos adversos han mantenido un ritmo alarmante, reflejando la vulnerabilidad del país ante el clima invernal.
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Las autoridades continúan monitoreando la situación, pero las cifras evidencian un desafío recurrente que exige soluciones estructurales más allá de la respuesta inmediata.
Mientras las lluvias persisten, miles de familias enfrentan la incertidumbre de un fenómeno que, lejos de ser una excepción, se ha convertido en una dolorosa constante para Ecuador.