Quito. Liga Deportiva Universitaria de Quito demostró la noche del jueves 23 de octubre por qué es uno de los grandes del continente.
En un estadio Rodrigo Paz Delgado vibrante, LDQ goleó 3-0 a Palmeiras en el partido de ida de las semifinales de la Copa Libertadores, dejando al borde de la hazaña una nueva final para el fútbol ecuatoriano.
Con este resultado, los albos pueden permitirse perder por hasta dos goles en el duelo de vuelta, programado para el próximo jueves 30 de octubre en Brasil, para avanzar al partido decisivo.

El encuentro fue un monólogo de Liga en el primer tiempo. Desde el pitazo inicial, los dirigidos por Pablo Marini impusieron su ritmo, presionando alto y desarticulando el esquema defensivo del conjunto paulista. Las bandas fueron el arma letal: Leonel Quiñónez por la izquierda y Bryan Ramírez por la derecha desbordaron con velocidad y precisión, poniendo en jaque a la zaga brasileña.

Los goles
Apenas a los cinco minutos, Liga avisó con un remate de Gabriel Villamil que el arquero Carlos Miguel despejó en la línea con una espectacular atajada. Un minuto después, Ramírez conectó de cabeza tras un córner, pero el balón se fue apenas desviado. La insistencia dio frutos al minuto 16, cuando Quiñónez desbordó y envió un centro preciso que Villamil capitalizó con un potente disparo para abrir el marcador.
El dominio albo no cesó. Palmeiras, desconcertado, no encontraba respuestas ante la intensidad de los locales. Liga mantuvo el control, tejiendo jugadas con paciencia y explotando los espacios.
El segundo gol llegó antes del descanso, consolidando la superioridad ecuatoriana, mientras que el tercero, en la segunda mitad, selló una noche inolvidable para los hinchas albos.
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Con este triunfo, Liga de Quito se posiciona como favorito para alcanzar la final. Sin embargo, la cautela reina en el plantel, consciente de que Palmeiras, tricampeón del torneo, buscará remontar en casa. La afición, por su parte, ya sueña con repetir la gloria de 2008, cuando los albos levantaron la Libertadores. El próximo jueves, en São Paulo, se definirá el futuro de esta gesta.




