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viernes, 26 abril, 2024

ECUADOR: ENSUCIANDO EL JUEGO

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En estos momentos de incertidumbre crítica que se vive en la política nacional con todos los gestos, actos, dimes y diretes para forzar una “consulta popular, aunque sea legalmente” y que dan la impresión de ser parte de una estrategia de confusión colectiva, nos vemos las caras entre todos con la pregunta a flor de labios que nos reclama ¿Por qué nos está pasando esto? Llegando a una especie de reacción de estar inmersos en un juego sucio que no puede tener buen final sin que la clase política, que ha forjado todo esto, no haya medido las consecuencias de la legitimidad del proceso al que nos están arrastrando.




De mis memorias de formación con los Scouts, recuerdo esta norma de liderazgo juvenil que se aplica con certeza y es “Si quieres conocer al chico ponle a jugar. En el juego se refleja tal cual es y, aflora con exactitud: el buen jugador, el líder, el hábil, el que juega en equipo, el individualista, el conflictivo, el cerebral o tranquilo y el buen o mal perdedor. Además, es notorio que influido por la posibilidad de ganar o perder puede surgir de sí mismo o, motivado por un mal consejo del dirigente el que aplica el “juego sucio” y decide ensuciar el juego para ganar. Puede que logre el triunfo, pero siempre trae malas consecuencias entre los propios chicos ese “ensuciar el juego”, porque se volverá en su contra la victoria que está ensuciada”
En el país, una vez que se dio el cambio de gobierno el pasado 24 de mayo, la clase política metió a la nación en un torbellino irresponsable para forzar una consulta. Alianza PAIS nunca habló de consulta alguna en la campaña, pero la oposición de CREO sí y, aduciendo un informe falso de un supuesto 90% que no existe en ninguna encuesta, vendieron la idea de una población “que quiere ser consultada” y lograron torcerle el brazo al gobierno del presidente Moreno Garcés, moviéndolo a llamar a un proceso de consulta.
La primera parte del juego fue clamar a grito pelado que presenten todas las propuestas. Y la nación lo creyó, por ello se presentaron Dos Mil Setecientas Treinta y Nueve (2.739) preguntas para ser incluidas en la consulta. El número podrá sonar maravilloso, pero esto fue parte de un engaño masivo que aplicó el régimen ya que en este mismo momento empezó a ensuciar el juego, junto con la clase política, al hacerle creer al pueblo que había sido escuchado. Ni en broma se puede aceptar que todo ese conjunto de propuestas había sido leído siquiera, ya que el régimen salió con la imposición de sus siete (7) preguntas que las tenía guardadas desde el inicio, despreciando todo lo demás.




Y la consulta nació manchada al haberle puesto nombre y apellido. Es decir, que el llamado era a definir para que el país vaya en contra de Rafael Correa con la pregunta dos y, tomarse el poder del nombramiento de cargos con la tres, para así arrebatar los puestos para un grupillo de ganapanes y busca empleos que habían fracasado en sus anteriores afanes, poniendo todo en manos de una vergonzosa junta de notables que nombre a su antojo los nuevos puestos arrebatando toda la institucionalidad del Ecuador que será suprimida con esta respuesta. Lo sucio de esta parte del debate ha sido mirar hasta la presente como se contradicen los ex correistas que justificaban al mandatario de ese entonces en su reelección y echaban loas, para luego, convertirse en morenistas y atacar a su ex líder como lo hace la señora vicepresidenta encargada, entre otros. En las redes sociales se los condena con fiereza, con sus propias palabras enrostradas en sus caras y gritadas al unísono, para calificarlos como traidores sin que ellos puedan evitarlo por haber sido descubiertos como malos jugadores.
Presentado el proceso de consulta y, para legalizarlo. el presidente Lenín Moreno acudió a la Corte Constitucional el 2 de octubre de 2017. Entonces, volvimos al arrebato y entusiasmo no disimulado de lograr que la consulta consiga su único objetivo: acabar con el correismo. Para ello, sin importar mucho el contenido de las 7 preguntas ni los 10 anexos entregados, prestos acudieron más de Doscientos (200) personajes e instituciones en condición de amicus curiae, para exponer en grupo tumultuoso sus posiciones ante la Corte. Tal fue el volumen de acudidos que la jueza ponente tuvo que escoger solo a Cuarenta y Tres (43) y permitir audiencias y presentaciones en jornadas maratónicas mientras leía lo del resto. Se notó que tan alto grado de interés por participar no era más que un afán de figuración y presencia forzada ante la opinión pública para presionar a la Corte, y quemar tiempo en el juego, tramando luego aplicar la estrategia que estamos viendo, acusar a la entidad de no haber actuado. Eso es ensuciar el juego, pero nadie dijo nada y se lo toleró con indiferencia.
Lo irónico se dio en silencio, ya que el régimen corría con estrategia oculta para tratar de legalizar al Consejo Nacional Electoral (CNE). El caso es que el ente electoral tenía que ser renovado parcialmente con Tres (3) de sus miembros, Juan Pablo Pozo, Paúl Salazar y Nubia Villacís, porque al 29 de noviembre de 2017 cesaban definitivamente en sus funciones. Sin entenderse el motivo, y en una perversa intromisión de funciones el señor Eduardo Mangas, acudió en nombre del presidente Moreno para hacerse del pronunciamiento del Procurador del Estado que logró alargar su tiempo en cargo. ¿Para que sirvió todo esto?, pues para aplicar una estrategia siniestra ya que la noche del 28 de noviembre, ante la decisión digna de Pozo de terminar sus funciones a tiempo y con la ley en la mano, el mismo señor Mangas junto a ministros y secretarios de estado forjaron una mayoría en el CNE que le entregó justo a una de las postergadas, Nubia Villacís a ocupar la presidencia del organismo electoral bajo la condición de que haga la consulta a rompecincha, sin respetar legalidades ni formas. Y en efecto así se dio, desde ese instante el ente electoral carece de legitimidad ya que está integrado con vocales alterados en sus tiempos, cuya presencia es impugnada por diversos grupos sociales, entre ellos los que han fracasado en su intento de volver como autoridades electorales, que exigen al propio presidente Moreno que saque de sus funciones a Villacís y Salazar para poner en su reemplazo a Solanda Goyes. Es decir, el entrevero critica y cuestiona al mandatario y su propio CNE, que hoy solo atina justificaciones, pero no legalidades y menos legitimidades aprobadas en lo obscuro y por lo bajo entre toda la clase política con el gobierno para lograr la consulta impuesta. Que sucio es el juego de la política.
En el ordenamiento jurídico ecuatoriano, el sistema legal es un conjunto que va desde las normas, reglamentos, leyes, códigos orgánicos y Constitución de la República, pero en un TODO. No se acepta la contradicción entre unas y otras, y tan solo en un proceso de interpretación, es la Corte Constitucional la que dirime el conflicto aplicando la disposición superior absoluta que consta en la Constitución de Ecuador. Así funciona en forma ordenada y sistemática la legalidad en la nación y nos debemos someter a la misma en estricto cumplimiento desde la primera autoridad hasta el último ciudadano.
Sí, lo de arriba es cierto, pero se daña cuando alguna autoridad o político en particular decide ensuciar el juego y hacer de la ley un instrumento para sus particulares e insanos propósitos, aplicando la infame como corrupta regla no escrita pero puesta en vigencia a cada rato en Ecuador y que dice “Dictamos leyes que no cumplimos, Imponemos procesos que no respetamos” y con eso vivimos a diario el espectáculo oprobioso del juego sucio que frecuentemente cae la clase dirigente ecuatoriana y la sociedad toda, haciendo de esta patria un infierno donde cada quien tiene su ley que se la enrostra a los demás como si fuese cierta o única.
La Corte Constitucional tras recibir la consulta y el tumulto de amicus curiae, resolvió aplicar su reglamento dictado en el 2012, que ordenó tiempos y plazos que suspenden los procesos de consulta presentados ante sí y, escuchar a la mayoría al menos. La Corte actuó en el marco de la ley y respetó el tiempo hasta entregar el informe a discusión del pleno el pasado 23 de noviembre. La presidencia de Ecuador supo siempre de este proceso y estuvo de acuerdo con lo actuado, es más, se acogió al mismo y hasta las 9h00 del pasado 30 de noviembre de 2017, se presentó con sus abogados para defender la consulta en su condición de amicus curiae, mientras a sus espaldas concurría al CNE decreto en mano a destruir la legitimidad del llamado.
Lo que ocurrió en las sombras fue crítico para el mandatario y su grupo político asesor, ya que el informe de la jueza Tatiana Ordeñana y, con la posible votación casi total de los jueces constitucionales que rechazaría las preguntas 2 y 3, con lo que se caería la consulta del presidente Lenín Moreno, y de eso se dio cuenta el presidente de la Corte, Alfredo Ruiz, que – Según lo denunció el ex presidente Rafael Correa, presente en el país en esta aciaga semana – al saber que se iba a aprobar ese informe habría corrido presto ante el régimen para presuntamente denunciar a sus propios compañeros, pese a haberlos citado para el 5 de diciembre de 2017 a conocer el debate final que saldría en contra del que pretendió el régimen, entrando en la onda de una vez mas ensuciar el juego, porque no conviene perder. Lo último de lo último en lo constitucional ha sido la suspensión definitiva de la sesión del 5, lo que humilla a la Corte ante la presidencia de Ecuador.
Lo que vino a continuación fue esa muestra del irrespeto por las leyes que dictamos y no respetar los procesos. El gobierno, al verse como un posible perdedor, optó por arrebatar las leyes a su conveniencia y llegar al CNE para imponer su consulta sin respeto ni pudor alguno. Aquí se han violentado las normas, para empezar lo dispuesto en plazos y reglamentos de la Corte Constitucional, que estaba actuando en base a ellos y que irónicamente la propia presidencia, horas antes de emitirse los decretos de imposición al CNE, seguía discutiendo en la Corte en una contradicción digna de la barbarie y que nadie dijo nada. Peor aún, se mal usan por parte de la presidencia de las disposiciones constitucionales que presuntamente regulan un plazo que les daría un informe constitucional favorable de hecho, de facto, pero dio la impresión de que no importó nada para que pase la consulta y se llame a elecciones.
Más grave aún es el panorama si la propia Constitución exigen un informe constitucional que explique la validez y legalidad de las preguntas de acuerdo con la carta política del estado ecuatoriano. Ese informe nunca existirá para este llamado, lean bien: nunca, se presume aprobación por demora de tiempos y plazos, pero no hay informe que sustente legalmente a las preguntas. Se convoca entonces a las urnas en medio de ilegalidades, irregularidades, ilegitimidades en forma impúdica y desvergonzada. El CNE, ilegítimo también, con todos los cuestionantes que pesan en sus hombros, llama a elecciones el próximo 4 de febrero del 2018, para lo que tenía hasta la papeleta diseñada sin preocuparse si es legal o no lo que están haciendo, total ya decidieron y punto, en medio de todo un muestrario de juego sucio aplicado con el vonciglerío de la clase política que discute normas, leyes y reglamentos interpretados a sotto voce como su forma para ensuciar mas el juego, con el respaldo de medios televisivos o impresos, mezclados entre públicos y privados, en su condición anti ética de gobiernistas todos ellos. ¿Qué más suciedad política quieren?
Con todo esto solo cabe preguntar. ¿Si llevan a cabo la consulta con tanto juego sucio, cómo la van a aplicar? Porque, en verdad, si algo está machado de ilegalidad, si algo está mancillado de ilegítimo desde su inicio, que se puede esperar a continuación como resultado. Digo, si no sabemos si es constitucional o no lo que nos van a consultar, como lo pondremos en vigencia si contradice lo que la propia Constitución impone. Digo, con todo el sentimiento de la lógica jurídica, vamos a a aprobar algo imposible de aplicar, porque siempre será cuestionado, mientras en lo social esto ya fue discutido, rechazado, repudiado y asqueado. Es decir, el régimen aplicando el ensuciar el juego podrá ganar las próximas elecciones, pero a la hora de entrar en vigor lo presumiblemente aprobado tendrá que imponerlo a sangre y fuego, con todo lo que significan esos enfrentamientos políticos crueles con muchas víctimas de por medio, empezando por la mas importante, la verdad. El conflicto para el resultado de la consulta impuesta está armado y estallará fácilmente en cualquier momento, porque lo que mal empieza, mal acaba.
Me permito recordar que la semana pasada había propuesto un diálogo explicativo entre Rafael Correa y Lenín Moreno por el bien de la nación. Sé que el ex presidente Correa Delgado lo aceptó mientras que el mandatario no ha dicho nada, pero, con todo esto, no creo que quepa plantearlo más, ya que esta actuación ensuciada en todas sus partes no amerita diálogo alguno debido a que “Lo hecho, hecho está”. Entonces, a modo conclusión veo que es válido que repita lo dicho arriba, como sabio consejo de los malos resultados del Juego Sucio: “Puede que logre el triunfo, pero siempre trae malas consecuencias entre los propios chicos de ese “ensuciar el juego”, porque se volverá en su contra la victoria que está ensuciada”. (FHA)

Fuente: ECUADORINMEDIATO

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