Quevedo. José Luis Pacheco es un quevedeño que se encuentra al frente de la gerencia de Quevexpress, una empresa dedicada a las entregas a domicilios.
Sus inicios para crear su empresa asegura que fueron muy duros, pero llegó la pandemia y eso les ayudó, e incluso fue inspiración para que salieron muchos emprendimientos similares.
“Desde hace ocho años estoy luchando y batallando, sobre todo tras pasar una pandemia que nos golpeó duro a todo el país y el mundo”, detalla Pacheco.
Aún así, él y su grupo de colaboradores pusieron ‘el pecho a las balas’ y se mantuvieron firmes en la calle llevando los pedidos a los diferentes hogares.
Sin embargo, hoy en día su mayor preocupación es la inseguridad. “Una pandemia más peligrosa que la primera”, dice Pacheco.
Y es que él ya fue víctima de la delincuencia por lo cual tuvo en su mente la idea de cerrar su negocio.
“Las ganancias no son buenas. Tenemos pérdidas todos los días porque a los chicos motorizados les roban sus celulares, dinero o las motocicletas”, revela el gerente de Quevexpress.
Eso hizo que se decepcionara, no obstante, su buen corazón y ganas de salir adelante lo hicieron pensar en sus colaboradores y en la gente que lo rodea por lo cual desistió del cierre.
¿Cuál es el secreto del éxito?
José Luis Pacheco, quien es un ingeniero de profesión, revela que el secreto de su éxito es su amor a la ciudad para poder emprender y generar empleo.
“Nunca darnos por vencido ante tanta maldad que existe ahora”, recomienda Pacheco.
Además, dice que hay que tener una fe inquebrantable en Dios para que la situación mejore de apoco. Para que todos puedan vivir en paz y tranquilos.
¿Cuál sería el consejo que usted le daría a los emprendedores?
Que lo hagan sin miedo. Que le pongan pasión y amor a su negocio, sino no le sirve de nada. “Fomente empleo y piense en su ciudad”.
José Luis Pacheco además de crear su propia empresa, actualmente es coordinador comercial del Centro de Revisión Técnica Vehícular (La Esperanza); se dedica al área de transporte y es un activista político.
